El acero inoxidable se utiliza para la fabricación de una amplia variedad de productos esenciales para nuestra vida cotidiana. Desde cuchillos, electrodomésticos hasta componentes industriales.
En esta entrada, vamos a centrarnos en dos variantes de acero inoxidable, el 304 y el 316, y cómo sus características particulares influyen en su rendimiento, ayudándote así a tomar decisiones informadas para que elijas la solución tecnológica que mejor se adapte a tus necesidades o a las de tu proyecto.
¿QUÉ ES EL ACERO INOXIDABLE?
Cuchillos, electrodomésticos, bandejas, estanterías, superficies para barcos, estructuras, chapas … hay multitud de productos que se fabrican en acero inoxidable.
¿Qué es el acero inoxidable? ¿Qué significa que un artículo está hecho de este material?
El acero inoxidable básicamente es una aleación de acero y cromo. Algunas veces a esta fusión también le puede incorporar níquel, molibdeno y wolframio para mejorar ciertas propiedades como la resistencia a la corrosión, la tenacidad, la estabilidad estructural, la dureza o la estabilidad térmica.
Aunque lo que realmente hace inoxidable a un acero es la adición del cromo, que es un metal de transición dura, frágil y muy resistente a la corrosión en entornos agresivos. Este metal tiene una gran afinidad con el oxígeno, y al entrar en contacto con él forma una capa invisible pasivadora, que evita la corrosión del hierro.
¿POR QUÉ SE OXIDA EL ACERO INOXIDABLE?
El acero inoxidable ha demostrado ser un material indispensable debido a su resistencia a la corrosión y al desgaste. Aún así, seguro que tienes algún artículo que es de acero inoxidable pero que con el paso del tiempo se ha corroído u oxidado. ¿Por qué ha pasado esto si se supone que es resistente a la oxidación?
Aquí la explicación. Cuando se dice que un artículo es inoxidable o que es de acero inoxidable, lo que quiere decir es que está fabricado con un acero que contiene entre el 10 % y el 12% de cromo. El cromo cuando se expone al oxígeno forma una fina capa invisible de óxido que evita la corrosión. Pero si esta fina capa se daña o se rompe, entonces la protección desaparece, y el oxígeno puede alcanzar el acero subyacente, lo que produce la oxidación y la corrosión del material.
¿Cómo se puede deteriorar esta capa de óxido? Esta capa protectora se puede estropear al entrar en contacto con el agua, la humedad, la sal, o con sustancias abrasadoras o químicas. Así que, por ejemplo, si vives en una zona marítima tus electrodomésticos se pueden corroer u oxidar al estar en un ambiente en el que predomina la humedad y la sal.
Ahora, hay aceros inoxidables que son más resistentes a estas exposiciones, como son los aceros Inox 304 y 316.
CLASIFICACIÓN DE TIPOS DE ACERO INOXIDABLE
Los aceros inoxidables en función de los metales que los conforman, y la cantidad presente de cada uno de ellos, se pueden clasificar en cuatro grupos: martensíticos, ferríticos, austenífiticos y dúplex.
Los aceros inoxidables austenífiticos tienen austenita como su estructura cristalina primaria. Esta estructura cristalina de austenita se consigue a través de adicciones de níquel, manganeso y nitrógeno, que sirven como estabilizadores de la austenita.
Dentro de la familia de los aceros inoxidables austenífiticos se pueden diferenciar dos series: los de la serie 200 y los de la serie 300. La principal diferencia entre ambas series es que los de la serie 300 contienen una mayor concentración de níquel que los de la serie 200.
Por lo tanto, ya tenemos algo en claro. El inox 304 y el inox 316 están compuestos por alto contenido en níquel y en cromo, que los hace muy resistentes a la corrosión.
ACERO INOX 304 VS ACERO INOX 316
Ahora, vamos a ver la diferencia entre ambos:
En conclusión, podemos afirmar que el INOX 304 es una solución optima para aplicaciones estándar donde la resistencia a la corrosión es importante pero no crítica. En cambio el acero inoxidable 316 se emplea cuando se necesita una mayor resistencia a la corrosión, sobre todo, cuando los artículos o productos van a utilizarse o estar instalados en ambientes agresivos, marítimos o sometidos a temperaturas extremas tanto por frío como por calor.
La clave está en evaluar cuidadosamente las condiciones de funcionamiento, la exposición ambiental, y los requisitos específicos de cada proyecto.
En EOS Ibérica disponemos de terminales interactivos diseñados y fabricados en acero INOX 304 y en 316, proporcionando la flexibilidad necesaria para adaptarlos a una amplia gama de sectores industriales y aplicaciones especializadas.
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