EMBLEMA: ABBÁS IBN FIRNÁS
Marco Castilla, CEO de EOS Ibérica:
“Para nosotros, el puente del arquitecto José Luis Manzanares Japón es un emblema del Grupo porque representa con acierto nuestro eslógan:
Metal, Tecnología y Diseño.
Además nos sentimos completamente identificados con quien le pone nombre por su arrojo y perseverancia.
El enfoque multidisciplinar de la figura humanista de Abbas Ibn Firnás, que le da nombre a este puente, es plenamente coincidente con nuestra filosofía de innovación, desarrollo de producto y resolución de problemas a la hora de abordar cualquier proyecto”.
El puente atirantado bautizado con el nombre Abbás Ibn Firnás es una maravilla de la ingeniería y la tecnología. Uniendo la N IV con el sur-oeste de la ciudad de Córdoba, cruzando el río Guadalquivir, se sitúa a solo unos metros del polígono industrial la Torrecilla, donde se encuentran las oficinas del Grupo EOS Ibérica. Tanto este puente, como la figura de Abbás Ibn Firnás que le da nombre, son una inspiración para EOS Ibérica. Por ello ha hecho de Abbás Ibn Firnás el emblema del Grupo.
Abú I-Kásim Abbás ibn Firnás ibn Wardás, (Ronda, Málaga, 810 – Córdoba, 887)
Fue un brillante ingeniero, científico y humanista de las cortes de Aderramán II y Mohamed I. Abbás Ibn Firnás destacó en variados campos del saber ganándose el apodo de “el sabio de Al Andalus”. Matemático, astrónomo, músico y poeta… Introdujo el cero en Europa y fue padre de la industria del vidrio, inventor del primer reloj mecánico y constructor del primer planetario. Pero la Humanidad siempre le recordará por sus continuos intentos de volar.
En el año 852, decidió lanzarse desde el minarete de la Mezquita de Córdoba ataviado únicamente con una lona. Sólo sufrió heridas leves, que no menguaron su sueño de volar. Veintitrés años más tarde, volvería a intentarlo cuando contaba ya 65 años de edad. Confeccionó unas alas de madera recubiertas de tela de seda y adornadas con plumas de aves rapaces con las que se lanzó colina abajo desde la torre Ruzzafa. En esta ocasión, consiguió mantenerse en el aire el tiempo suficiente como para sobrevolar por encima de asombrados espectadores, hasta que aterrizó de forma violenta lastimándose las dos piernas. Todos consideraron que fue una proeza y solo Abbás achacó la caída al olvido de colocar una cola a su artefacto.
Con el paso del tiempo, fue considerado el primer hombre en lograr una hazaña de este tipo. Y es que se adelantó seiscientos años al personaje que describió Leonado Da Vinci haciendo algo semejante. Es por ello que hoy se considera a Abbás Ibn Firnás como unos de los precursores de la aviación.
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